En los días siguientes Liam notó que Rous estaba muy relajada, y estaba feliz cultivando el jardín de la casa cantando, y parecía que se sentía segura de su relación, pero eso lo inquietaba a él, la conocía lo suficiente y podía discernir que Rous había hecho algo con Mariem, y sin la más mínima premeditación la agarró y le dijo:
—Dime que no fuiste a olfatear a Mariem.
—¿De qué hablas?
—¿Lo hiciste verdad?
—¡No!
—Te conozco, dime, ¿conseguiste algún rastro mío en ella?
Él la agarró del brazo y se lo apretó duro causándole dolor:
—Hay me lastimas, está bien si lo hice, y no, no tiene rastros de ti, además sé que no te gustan las zorras como ella, es una p**a igual a Layla.