Caminaron como hora y media y encontraron una estación de gasolina que estaba en servicio.
—Gracias Diosito. —Dijo Karin.
El que los atendió llamó un taxi que en pocos minutos llegó y los llevó a donde había quedado el auto de Liam. Él le abrió la puerta de su coche a Karin.
—Vamos a tu casa me imagino que debes estar exhausta.
—Si por favor, estoy muerta del cansancio.
Liam buscó el celular que lo tenía en el medio de los asientos y encendió la pantalla:
—Tengo 9 llamadas de los chicos.
Él le marcó a Bruce.
—¿Dónde han estado, pensé que estaban detenidos en la estación?
—La policía nos atrapó, pero nos dejaron tirados en medio de la nada.
—¿Qué? y como está Karin.
—Tu novia está bien, aunque cas