Capítulo 73. El primer deber de un marido
Coorah.
Puerto deportivo privado, Cosenza, Calabria, Italia. 2024.
El interior del yate era más lujoso que el exterior, teniendo este tipo de embarcación, por mucho que lo pensaba, no entendí por qué Fazio había ido al crucero, ese navío era perfecto para navegar por todo el Mediterráneo, haciendo escala en muchos más países que en los que habíamos atracado con el Sovereing.
-” ¿Ocurre algo preciosa Coorah?”- me dijo mi marido, de pronto, al parecer me había estado observando mientras yo, tras dejarme en el suelo, en el enorme salón de la cubierta principal, me movía por él, mirándolo todo con extrañeza.
Por unos segundos quise preguntarle mis dudas, pero me di cuenta que, como esperaba, algún tipo de razón o secreto tenía que tener mi Adonis, para hacer lo que hacía, y como estaba establecido, y decidimos, o más bien lo decidí yo, que las razones que hubiera antes de conocernos, no importaban, me busqué otra excusa, para justificar mi actitud.
-” Sólo me pregunto, ¿Por qué un