Sarah Bodremon
Llegamos a un restaurant sencillo pero acogedor, me brinda la silla y me siento , él hace lo mismo después de mi y me sonríe. El mesero llegaba y nos saluda muy amable.
—Buenas noches, señores —dice inclinando su cabeza.
—Buenas noches —decimos al unísono.
—¿Qué van a tomar? —pregunte colocando una carta en cada puesto.
—Traeme el vino de piña y limón —dice Davis y lo miro extrañada y luego veo la carta y si hay ese tipo de vino. No me quiero imaginar el sabor. Él me sonríe y entrega nuestras cartas.
—De acuerdo señor —dice el mes