Camino hacia el fregadero y me lavo las manos antes comer. En todo a mi alrededor se escucha un rotundo silencio. Doy media vuelta y veo la mirada penetrada de Hunter y la de Elliott que me quieren matar con la mirada.

No sé si disfrutar el momento de que ese par se babeen al verme con este vestido o que luego reciba un par de latigazos por provocar la ira de Elliott.

Me siento a la par de Edgar y con un simple “provecho”, tomo una servilleta y me seco mis manos, tomo un plato y me sirvo espagueti.

—Te gustará, Elliott lo pidió del mejor restaurante —dice Edgar tras llevarse un trozo de carne hacia su boca.

Se ve rico, hoy comeré más de lo normal, además mi madre no esta para recordarme la cantidad que estoy comiendo y del daño que le puede hacer a mi silueta. 

—Pensé que te gustaría comer ensalada, ya sabes por la dieta y eso de mantener la figura&mda