Daniel llegó con sus hijos del centro comercial.
Los niños corrieron a saludar a su tía mientras que Daniel cargaba con todas las bolsas de las compras.
- Parece que te estrujaron los bolsillos estos niños.- se burló Jesse ayudándole con los paquetes.
-Papá no tiene mucho tiempo libre para salir con nosotros, así que aprovechamos la instancia.- le explicó alegre Lucas, quien ya medíalo mismo que su tía menor.
-Volviste a crecer Lucas.- le felicito su tía.
- Por eso necesitaba ropa nueva.- le contestó avergonzado.
- Tienes trece años, todavía te queda mucho por crecer.- su sobrino sería tan alto como su padre.
- Quiero ser tan alto como el tío Ariel, así podré mantenerme en el equipo de basquétbol.- seguía admirando a su novio Ariel, le pedía siempre que le ayudara a entrenar.
- No necesitas ser tan alto si eres un jugador rápido.- sonrío Jesse.
- Quiero ser alto y fuerte, por eso como mucho.- recalcó Lucas.
-¡!Estás tan lindo niño¡- le pellizco las mejillas Jesse.-
¿ Lindo? ¿ Cómo un