La chica no me desagrada, no parece ser una mujer demasiado peligrosa aunque se nota que estuvo en el ejército. Es por ello que me siento un poco más tranquila, ya que, por mucho que quiera intentar mostrarme ruda, no puedo hacer mucho cuando tengo ocho meses de embarazo.
‘Es sorprendente lo lejos que he llegado mudándome constantemente sin que Arnold pueda seguirme el rastro.’ Me digo mentalmente.— ¿Podrías recordarme tu nombre? — pregunto escribiendo en la libreta.— Mi nombre es Alondra. Serví en las fuerzas armadas aéreas durante cinco años, pero como le dije anteriormente por problemas de vista y otras dificultades, me ordenaron regresar a casa.— También necesito ayuda respecto a mi seguridad. Te lo diré porque no quiero que tengas sorpresas ante cualquier posible ataque. — digo pensando en ser sincera por primera vez, después de tantos mePero, aunque no puedo evitar que me cause malestar pensar en eso, no le doy importancia o relevancia que seguramente otra persona le daría, porque actuar como un imbécil fue algo que él decidió y yo acepté, por lo que no pienso mortificarme por las decisiones que otra persona tomó erróneamente.‘No te hará falta su amor, bebé. Yo tengo suficiente para que nunca te falte.’ Me digo mentalmente mientras acaricio mi vientre abultado.— ¿Es feliz teniendo un bebé sin la ayuda de su padre? — pregunta ella y yo no puedo evitar sonreír, es entonces que agarró la libreta y escribo:— Mi bebé no fue planeado pero sin duda ha sido muy amado. Aunque su padre no actuó de la manera que esperaba, si me dio las herramientas necesarias para poder sobrevivir sin que él estuviera presente.>> Ese tipo de acciones son las que tomar&eacut
Justo cuando creo que ella es la traidora, su actitud me dice que ella está tan preocupada como yo de que Arnold me encuentre o por lo menos, finge que se preocupa. Estando las dos escondidas, puedo pensar si es buena idea regresar o no a Estados Unidos.Porque si este país no es de su origen y me encuentro con los suyos, si me marcho a su estado, las probabilidades de encontrarme con él son cada vez más grandes.— He cambiado de opinión, lo mejor es que mi bebé nazca en España. Así que, si estás de acuerdo, podemos marcharnos a ese país.— ¿Lo dice porque cree que allá no se va a encontrar con su esposo? — pregunta Alondra y yo asiento de inmediato.— No quiero correr con esa terrible suerte, así que, lo mejor es que me marche. De esa forma evito estar constantemente alerta por cosas que posiblemente sucedan en cualquier momento. — susurro y A
No quiero que maten al hombre que tanto miedo me produce, aunque él desee lo contrario en mi hijo y eso es porque yo actúo diferente al hombre que carece de piedad.— Vamos a esforzarnos por salir de aquí y preparar el viaje, dejemos todo esto atrás y tengamos un nuevo comienzo. — pido y ella asiente.— Está bien, hagámoslo así. — dice ella con incredulidad.— No nos desesperemos y…— ¿Qué le vamos a decir al jefe? — pregunta una voz masculina y por eso, miro hacia arriba comprendiendo que la pared que divide los baños, no está hacia arriba como las demás paredes.De inmediato, cubro mi boca y pienso seriamente sobre lo que hablé y que pudo comprometerme, por lo que pienso lo peor que puede suceder debido a mi imprudencia, porque yo tuve que asegurarme primero que ellos no eran capaces de escucharme antes de hablar.
El pánico recorre todo mi cuerpo, siento que algo va a darme y no precisamente bueno, porque el odio de Arnold es grande y sé que eso no me va a dar buenas experiencias a partir de ahora.Mi abdomen duele y yo siento que tanto mi bebé como yo vamos a morir por culpa del hombre que aquí se encuentra, mi cuerpo tiembla completamente y mi abdomen abultado se torna duro, mientras mi bebé se mueve frenéticamente.— Después de varios malditos meses, te encuentro aquí, Eva. — dice Arnold con mucha seriedad.— Señor, está equivocado. — dice Alondra corriendo hacia donde nos encontramos.— ¿Yo me he equivocado? — pregunta Arnold mirando con enojo a mi cuidadora con deseos de morir.— Sí, se ha equivocado, es mi hermana y no se llama Eva, por favor, no le haga daño a mi hermana. — dice Alondra.Yo deseo que Arnold sea tan tont
Imploro que mi bebé se encuentre bien, pero, el dolor es tan insoportable que no es posible mantenerme tranquila cuando el dolor es demasiado grande.‘Bebé, por favor, mantente conmigo, tenemos muchas cosas que hacer, tantos proyectos y cosas maravillosas, no te des por vencido, hijo. Te lo suplico.’ Me digo mentalmente.Mi corazón amenaza con salirse, no sé cómo calmar a mi bebé y que no salga más sangre, en especial cuando Arnold está tan cerca de mí. Por fortuna, los paramédicos llegan, pero, Arnold levanta su mano y sus hombres se interponen en el camino de los paramédicos.— Señor, ¿Qué está haciendo? Debe dejar que atiendan a la señora. — dice uno de los oficiales.— Esa señora es mi esposa y yo decido sobre su cuerpo. Así que, deben aceptar que no quiera que la atiendan.— ¿Qué
Los paramédicos parece que cumplen con su palabra, porque tardamos mucho en llegar a nuestro destino y yo siento mucho miedo porque mi decisión le cause daño a mi bebé.— Ayuden a mi hijo, no permitan que algo malo le suceda, se los suplico. — digo a los doctores.— ¿Cuántas semanas de embarazo tiene? ¿El sangrado durante cuánto tiempo se ha evidenciado? — pregunta uno de los doctores.Me hacen varias preguntas, yo respondo tanto como sea posible, hasta que imploro que mantenga oculta mi permanencia aquí. Evidentemente mi prioridad es que mi hijo se encuentra bien, pero también lo es que su padre nunca nos encuentre.Sobre todo, ahora que no tengo a Alondra cerca de mí para poder recibir su ayuda. Realmente era necesario tener más escoltas, esto es mi culpa por no tomarme en serio mi seguridad creyendo que él no me iba a reconocer como sucedió
Los doctores comienzan el procedimiento y yo imploro que mi hijo se encuentre bien, ahora mi única prioridad es mi hijo, por lo que, cuando comienzan con la cirugía que puedo ver gracias al brillo de las lámparas, coloco mi mano en mi vientre y pido a mi hijo que salga sin problemas, que yo estoy para protegerlo.No sé cómo voy a lograrlo cuando la sociedad es un maldito asco, pero, me esforzaré por cuidar a mi hijo incluso de su propio padre que sigue siendo un completo idiota. Así que, acaricio mi vientre hasta que los doctores hacen que mis brazos queden en el lugar que ellos consideran que debo tener.— No se preocupe, todo está saliendo bien, van a sentirse mejor. — dice la mujer que revisa mis signos vitales.— Mi bebé debe estar bien, necesito que lo esté o no habré hecho un buen trabajo cuidando a mi hijo.— Hizo un buen trabajo, no se preocupe. — di
Le he disparado y con eso, he logrado que esté más enojado, pero, si debo suplicarle que se quede conmigo o que me mate y con eso le perdone la vida a mi bebé, lo haré. Porque de nada sirve la dignidad si mi hijo no vive después de ello.— Es un bebé, no sabe que es lo que sucede, así que, por favor, no le hagas daño.— Traigan al bebé ahora mismo. — ordena Arnold.— No puedo hacer eso, no puedo permitir que le haga daño a un niño que no merece este tipo de daño. — dice la enfermera y yo celebro que haya alguien con los ovarios bien puesto para defender a un bebé inocente.‘Gracias Dios por enviar a este ángel.’ Me digo mentalmente.— No vas a tocar al bebé, si debes morir para que ello no ocurra, lo haré, Arnold.— Sí, ahora si estoy seguro que eres capaz de hacerlo. Así que,