73. No está muerto
Gio
Salí del cuarto de Martha por segunda vez consecutiva aturdido y empalmado como un quinceañero, no necesitaba estas cosas, Isolda se asomó por la puerta de su habitación.
—¿Todo bien? — preguntó cuando pasé por el frente de su puerta.
Di un corto asentimiento apenas perceptible y seguí a mi habitación, venía de la cocina cuando escuché el grito de Martha, lo menos que había pensado era que estuviera tocándose, todo el maldito cuarto olía a sexo, a su sexo. Sólo recordarlo me dan ganas de devolverme y culminar lo que empezamos y lo que tontamente Jimmy interrumpió.
—¿En que lío me ando metiendo? —me pregunté a mí mismo en la soledad de mi habitación.
Trate de dormir, sin embargo, fue en vano, seguía con una erección de campeonato, fui al baño privado de mi habitación y me di un regaderazo más frío de la historia y funcionó, mi erección era pasado, más tranquilo me recosté de mi cama y trate de descansar un poco.
Al día siguiente no estaba de mejor humor, no suelo andar quedándome c