-Ese vestido lo compró su prometido con parte del dinero del abuelo. $15.000 fue lo que costó.
-¡¿15.000$ dólares?¡- Ahora si regañaría a su esposo pero no negaba que el vestido era del tipo que le gustaba y suspira. -Me lo quiero probar pero no me puedo mover mucho... ¿Sabe qué? Al demonio. Solo necesito lavar mi herida y me lo probaré.-
-Señora, yo fui quien lo recomendó. No se exalte ni lo regañe, la tienda es de una prima mia.-
-Mam... ¡Wow!- María Angélica ve el vestido y grita.
-Lo siento, suelo exagerar cuando se trata de dinero ya que soy ahorrativa en ese sentido.- Sonríe apenada y sigue acariciando el vestido, haciéndole señas a su hija para que se acerque. -¿No es hermoso? Parece que papá lo mandó a comprar pero me lo quiero probar. Voy a lavarme con cuidado y me lo pondré a ver si