—Kieran —murmuró Kian con el corazón apretado.
Conocía aquel rugido de su cachorro por los entrenamientos.
Enseguida todos los presentes salieron de la fiesta para ver lo que pasaba en el exterior.
“Nathan. Llévense a Devanie a su habitación y protéjanla. No la pierdan de vista.”
Gruñó por el link Kian y al ver que Brent y un par de macho hacían lo mismo entendió que Dana también había ordenado a sus hombres resguardar a su cachorra.
MINUTOS ANTES
—Quítate de encima, ya me calmé —gruñó la loba empuja do su pecho y enseguida la obedeció.
Kieran deslizó su mirada sobre el bonito rostro de Alison pero esta pareció tensa por un segundo antes de enderezar sus hombros alzando su cabeza para mirarlo.
—Sé que vas a entregarme a tu madre pero ¿Podrías llevarme un rato al exterior? Yo… siento que me estoy asfixiando aquí —soltó ella con la voz rota.
Kieran no entendía porqué le inquietaba ver a la hembra de esa manera pero apretó los dientes y fingió que nada pasaba.
—Está bien. Pero no intentes