¿Quién será este macho misterioso? ¿Aliado o enemigo? 😱🙊
Aris entró a su casa sumamente tenso.Los había seguido a lo lejos dándose cuenta de que Zakiel no había llevado a Diana a su casa sino que la había llevado al Este.Un instinto posesivo quería apoderarse de él. Próximamente sería su cumpleaños y podría descubrir a su lobo pero estaba casi seguro que era este en su interior intentando llegar a la hembra que siempre había considerado suya.Se detuvo en seco al escuchar la melodiosa risa que se clavó en su pecho profundamente. Siempre había sido su sonido favorito. De hecho, todo lo que tuviera que ver con Diana lo era, aunque jamás lo dijera en voz alta al considerarlo una debilidad. Sin embargo, no podía evitar sentir envidia cuando era otro quien provocaba su risa. Siempre se había sentido celoso de la conexión de Diana con su hermano.—Maldita sea, ¿Por qué demonios la trajo aquí?Echo una furia llegó en dos zancadas a la habitación de su hermano menor y abrió la puerta de golpe encontrándose con la imagen de Diana sentada sobre la
Afortunadamente Diana no estaba demasiado lejos y al sentir sus pasos pesados detrás de ella no dudó en volverse para ver al macho, fingiendo indiferencia retomó su caminata pero fue interceptada rápidamente por Aris ocasionando que su cuerpo quedara pegado contra la pared y el cuerpo firme de Aris.Alzó la mirada a su rostro cincelado casi sin aliento mientras sus ojos se encontraban al mismo tiempo que él se ceñía sobre ella con la mandíbula apretada. Podía ver su rabia pero eso solo la divertía y la irritaba en partes iguales.—Quítate.—Mantente alejada de Zakiel, híbrida.Ella chasqueó la lengua.—No me hagas reír, estás obsesionado con dar órdenes pero no se te olvide que esta híbrida también es la princesa del Noroeste. La manada más grande que existe, cuando me convierta en Gobernante seguro te va a arder.—No por mucho tiempo. No me importa en lo más mínimo si eres Gobernante o no. El Este será mejor que el Noroeste y por si lo olvidas tendrás que lidiar mucho conmigo porque
Como siempre ese día Aris estaba en la arena mostrando su arrogante sonrisa.—¿Nadie quiere retarme? —preguntó el macho mirando a su alrededor. Por lo general solo un atrevido macho lo retaba por día queriendo derrotarlo de una vez por todas pero nunca sucedía.Ahora mismo dos lobos jóvenes se estaban llevando el cuerpo inconsciente del contrincante que lo había enfrentado.Diana le dio una mirada a Aris queriendo meterse en su cabeza y ver qué le pasaba para necesitar pelear.Desde el día que su padre los había pillado en una situación comprometedora ella había tratado de mantenerse alejada de él pero sus ojos siempre lo buscaban y ciertamente él también la provocaba estando cerca de ella.En ese instante sus ojos se encontraron intensamente y el ruido exterior quedó reducido a la nada.Diana tragó saliva pero alzó la barbilla mostrando que Aris no la intimidaba, aunque fuera todo lo contrario.—¿Nadie? —se burló él de manera oscura y creída.A Diana le irritó su actitud creída ento
La música se extendía por todo el lugar mezclándose con las risas coquetas de las hembras alrededor de Aris.Diana estaba ardiendo de celos mientras sostenía la bebida entre sus manos.Notó su postura relajada, engreída y superior a todos los que estaban a su alrededor. Cosa que le irritaba y le atraía en partes iguales."Como lo detesto..."Pero a la vez quería ser ella el centro de su atención. Quería besarlo. Ser suya.No era solo el hecho de que algún día se convertiría en el Alfa de la manada del Este lo que llamaba la atención de las hembras a su alrededor. Sino también la confianza y la seguridad con la que se movía. El hecho de que siempre estuviera en el foco de atención de las hembras con sangre Alfa solo la enfurecía mucho más porque sabía que Aris las preferiría sobre ella.Siempre la llamaba híbrida de manera despectiva..."Sin embargo, siempre está cerca de ti. Siempre está mirándote."Susurró una voz en la cabeza de Diana que hizo que ella frunciera el ceño sin saber d
Aris la aferraba a él como una segunda piel mientras corría de vuelta a su manada.Ignoró las miradas llenas de sorpresa porque llevara a la hembra inconsciente.La única preocupación que tenía era que Diana estuviera bien.—¡Llamen a la curandera, ahora! —rugió él con voz de Alfa.Sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho.Muchos lobos corrieron para acatar su orden al mismo tiempo que él entraba a la casa.Bajó su preocupada mirada hacia ella notando la palidez en sus perfectos rasgos.Su pelo oscuro y abundante caía enmarañado, por su frente había caído un hilo de sangre que lo preocupaba demasiado.Sabía que ella era una hembra fuerte, pero era su hembra y siempre se preocuparía por ella, Diana era lo mejor que tenía en la vida, incluso aunque no lo admitiera le encantaba su juego de provocación porque ella mantenía siempre sus ojos sobre él.Y cuando despertara iba a decírselo.Iba a hacerle a entender lo importante que era para él.Lo mucho que la necesit
Diana se despertó con un terrible dolor de cabeza mientras era examinada por una extraña hembra mayor.—Ya estás despierta, ¿Cómo te sientes? ¿Puedes ver bien? ¿Estás mareada?Ella abrió la boca.Sus labios estaban resecos al igual que su garganta.—Me duele mucho la cabeza, pero no estoy mareada —susurró ella a modo de respuesta.La hembra asintió como si lo imaginara.— Te dejaré algunas plantas medicinales para el dolor de cabeza. Seguramente pronto estarás bien.—Yo... ¿Podría decirme dónde estoy?La hembra enseguida frunció el ceño clavando sus ojos sobre Diana analizándola antes de preguntar.—¿No sabes dónde estás? ¿Qué recuerdas?Diana pasó su lengua por su labio inferior buscando humedecerlo.Estaba nerviosa.Buscó algún recuerdo, alguna imagen, pero todo parecía haber sido borrado de su cabeza.—Yo... no recuerdo nada. No s-sé quién soy.La curandera la miró conmocionada.—La amnesia no es algo común en lobos y tampoco lo es el hecho de que estuvieras tanto tiempo inconscient
—Aris, detente —gruñó Alessandro con su voz de Alfa.Pero para su sorpresa él no paró de moverse sin apartar los ojos de ella.Queriendo rodearla con sus brazos y hacerla suya.La necesidad que tenía por enterrar su nariz sobre su cuello y aspirar su aroma era algo que jamás había experimentado.Sus instintos eran cada vez más salvajes y primitivos.Su lobo la reclamaba.Incluso aunque no supiera si era suya ciertamente.Pero solo había una forma de saberlo.Poseyéndola.—Diana...Su corazón se rompió al ver como la hembra abrazaba sus rodillas con sus brazos mirándolo sin reconocerlo. Con una angustia y temor que él jamás había visto de su parte.En un movimiento sumamente rápido Aris se liberó de Alessandro y Zakiel, sin dudar, se arrodilló a un lado de la cama.—Diana, mírame.—No —susurró ella con un hilo de voz.Sus hermosos ojos azules no lo enfocaron a él rompiendo sus defensas.—No te haré daño...—No te creo porque aunque no te recuerde, siento un dolor profundo aquí —dijo to
Aris no podía dormir.El pensamiento de que Diana estaba sobre su cama, donde siempre debería estar provocó en el una lujuria que no podía reprimir.Recordó el beso que habían compartido y lo idiota que había sido como para negar lo que sentía ahora estaba pasándole factura. No podía estar lejos de ella físicamente por el torbellino de emociones que ella le hacía sentir y que él como un idiota había ignorado por tanto tiempo.Su orgullo y el deseo irrefrenable por adquirir más poder convirtiéndose en el mejor Alfa lo había llevado a cometer el error que ahora estaba pagando.No podía soportarlo por más tiempo.—Necesito verla.Él no notó la oscuridad en su voz, ni lo posesivo que estaba. Era la primera vez que sus instintos lobunos se hacían cargo de él. Más aún porque su transformación había ocurrido recientemente. Se levantó de la cama saliendo rápidamente de la habitación que ella siempre usaba cuando estaba en casa y rápidamente entró a la suya sin ser visto por nadie, en la oscur