- “¡Quieta!, ni se te ocurra saltarte ese perchero.”- le dije haciendo que ella me mirara.
- “No sé por qué, pero no me gusta nada la sonrisa que tienes, ¿Qué te ha pasado por la cabeza, loca omega?”- me preguntó Irina, mirándome aprehensiva.
- “Ya lo sabrás, pero por ahora, llama al gerente y