Justin acaricia mi hombro derecho, con cuidado de no lastimarme.
Estoy acostada boca abajo a su lado, mirando sus hermosos ojos.
—Es muy bonito —dice de nuevo.
—¿Cuándo se quitará lo enrojecido? —pregunto.
—En un par de días, si tenemos los cuidados necesarios
—Sé que los tendrás
Él sonríe y besa mi frente.
—¿Estás cansada? —niego.
—Creo que; sabiendo que no haremos mucho, podríamos hablar —él ríe.