125. No te atreverías
125
Zaira caminaba de un lado a otro en la sala, abrazándose a sí misma mientras miraba el reloj por enésima vez. La noche parecía eterna, cada minuto que pasaba sin noticias de Gabriel la hacía sentir más ansiosa.
Intentó distraerse, pero sus pensamientos la traicionaban. ¿Y si algo salía mal? ¿Y si no regresaba?
Cuando escuchó el sonido de la puerta abriéndose, su corazón dio un vuelco.
—¡Gabriel! —exclamó, girándose de inmediato.
Antes de que él pudiera decir algo, Zaira corrió hacia él y se lanzó a sus brazos. Gabriel apenas tuvo tiempo de estabilizarse antes de sentirla aferrarse con fuerza a su espalda, como si temiera que se desvaneciera.
—Estás aquí… —susurró ella contra su pecho.
Gabriel exhaló y la envolvió con sus brazos, sintiendo cómo la tensión en su cuerpo se disipaba lentamente.
—Te dije que regresaría —murmuró, apoyando la barbilla sobre su cabeza.
Zaira no respondió al instante, solo se apretó más contra él.
—No me gusta esto… —susurró—. No me gusta quedarme aquí espe