Lisa
Él comienza a moverse lentamente, muy despacio, aumentando la velocidad poco a poco. Me mira a los ojos, mientras hace vaivén,
- Te amo... maldita sea, te amo... hum...
- Yo también te amo... mi amor... te... amo...
Se vuelve apasionado, su embestida se vuelve más brusca, más salvaje. Nos lleva al borde de lo irreal, entre este mundo de dulzura y el de la bestialidad. Antes de hacernos descender a la tierra, desvanecidos, exhaustos y locamente enamorados el uno del otro.
- Te amo...
- No, yo te amo más...
- No, yo te amo más... ¿está bien? ¿No te hice demasiado daño?
- No, has sido perfecto.
- Gracias por darnos una segunda oportunidad.
- Gracias a ti, por haber aguantado.
Se retira y me abraza, deposita un beso en mi frente antes de cerrar los ojos para saborear este momento, memorable. Finalmente me quedo dormida en sus brazos.
Mi despertar fue mágico, porque es la primera vez que me despiertan con caricias y besos en mis pechos.
Su boca muerde mis pezones que se vuelven duros,