John
¿Por qué me miran así, qué pasa?
- Ariane, te lo suplico, tú que eres su novia, ella debió decirte lo que pensaba hacer. Dímelo, por favor.
Ella se acerca a mí y me levanta para hacerme sentar, pero me niego a moverme hasta que no sepa por dónde debo empezar la búsqueda.
- Te ayudaré a encontrar a tu esposa. Pero, sabes que es difícil para una mujer saber que su marido es un mentiroso y un infiel.
Imagina que ella está frente a ti y que está a punto de engañarte, ¿qué le dirías?
- No entiendo por qué me hablas de esto ahora. ¡Quiero encontrarla para que no me engañe!
- Entonces, ¿tienes miedo de que haga lo mismo que tú?
Bajo la cabeza, avergonzado, no entiendo por qué ella sigue dando vueltas al asunto, ¿dónde está y qué está haciendo ahora? Eso es lo más importante.
- Si no quieres ayudarme, dímelo para que vaya a la policía a declarar su desaparición y conozco a la persona que la ha secuestrado.
- No digas tonterías, Alberto. Tú y yo sabemos muy bien que no ha sido secuestrada