Capítulo 10— Simples flores
Narrador
Saliendo de la oficina de Killian, sintiendo su corazón palpitar sin control alguno, Eirá pretendía recuperar sus tulipanes. Tulipanes que para algunos eran flores insignificantes, pero para ella eran especiales. No por venir de Iker Vael, o algo parecido, sino por el gesto tras sentirse rechazada por un largo tiempo.
Llegando al escritorio de la asistente de Killian, Eira barrió el lugar con la mirada, y al notar que ella no estaba, recorrió parte del lugar buscando a la chica.
—¿Dónde se habrá metido, Estella?
Dando un par de pasos, Drayton vio a lo lejos a la mujer que venía de regreso tras cumplir una orden de su jefe, y acercándose a ella, preguntó sin rodeos.
—¿Mis flores? Estuve en tu escritorio y no las vi, ¿Me las podrías entregar?
Abriendo su boca ligeramente cuando Eira vino en busca de algo que ya no existía, de algo de lo que ella ya se habia desasido, la asistente trató de buscar una explicación, y bajando su mirada al suelo, la chica