Capítulo 48— ¿Iban a casarse? Narrador Regresando a la ciudad antes de lo esperado, Killian Alde caminaba por el lobby de D&A. Había tenido uno de los peores viajes, y lo peor de todo era que la responsable era la mujer con la que compartiría el resto de su vida. Siendo recibido por su asistente, quien corría tras él un poco descolocada porque no lo esperaba hasta al menos un par de días después, al llegar a las puertas del elevador ingresó junto a él, y revisando la tablet con manos temblorosas, la mujer explicó. —Señor Alde, para hoy no tiene pautado nada... Como aún pensábamos que no regresaba. Sin apartar la mirada de la pantalla en donde se reflejaban los números pasar, Killian apretó sus dientes, no por la mujer a sus espaldas, no por estar en la empresa por la que tanto trabajaba, sino por Sofía, por cómo lo manipuló todo este tiempo para que se alejara de Eira, a quien amaba. ¿Fue un maldito idiota? Sí, lo fue, y a lo grande. Un maldito infeliz que no supo lo que tenía ha
Capítulo 49— Cuatro meses Narrador Cuatro meses después... Cuatro meses pasaron desde que Eira vio a Killian a través de una videoconferencia, en los que se dedicó a trabajar y cuidar de sí misma, del bebé que llevaba en su vientre. Cuatro meses en los que atravesó ciertos conflictos con Rosalía, quien se negaba a que ese pequeño llevara la sangre de Alde. Por fortuna, tras insistir, no es que cedió, pero al menos empezó a hacerse la idea de que nacería y sería un vínculo que uniría a su hija con el hombre a quien tanto detestaba por el resto de su vida. —Señora Drayton, todo marcha muy bien con su embarazo, su pequeña tiene el peso estimado y su crecimiento es acorde a las semanas de gestación. Tras conocer que sería niña, Eira empezó a comprar todo lo necesario para su nacimiento, por supuesto con la ayuda de Rachel, quien se volvió su sombra y su fiel acompañante en esta nueva etapa de su vida como madre soltera. Por otra parte, estaba Iker, quien, a pesar de permanecer un par
Capítulo 50— Años después NarradorLos días pasaron, y con ellos los meses. Meses en los que el embarazo de Eira avanzaba, y la pequeña en su interior cada vez estaba más saludable. Por su parte, Killian, pues, él llamó un par de veces para saber de ella, si era feliz junto a Vael, pero Drayton, conteniéndose, armandose de valor, no respondió. Como se lo propuso una vez, ella sanaría, lo olvidaría, y aunque siempre tuviese un lazo que la uniera a él, no regresaría, no para sufrir de nuevo, no para padecer, y llorar llena de amargura como lo hizo en muchas ocasiones.De esa misma forma llegó el nacimiento de su pequeña, en un día normal en los Iker, Rachel, y la misma Rosalía caminaban de un lado a otro ansiosos por conocer a Jade, y llegado el momento, todos coincidieron en lo mismo, ella tenía los mismos ojos de su padre, de Killian, y así el tiempo pasó y con él, los días se hicieron semanas, las semanas meses, y los meses se transformaron en seis años, seis años en los que Eira Dr
Capítulo 51— Nueva oportunidad NarradorCaminando por los corredores del edificio en el que vivía Eira junto a Jade y Rachel, Iker iba a verlas. Había escapado del trabajo a la hora de la comida para visitarlas y se le veía verdaderamente emocionado llevando consigo pollo frito. Llegando finalmente a la puerta, Iker elevó su mano para tocarla y, al abrir esta un instante después pensando que se trataba de alguien más, Rachel fue tomada por sorpresa.—¿Qué les parece si comemos juntos? Recordé que tengo dos días sin jugar con Jade y quise venir a verla.Observando por un costado de Rachel a la pequeña jugando en la estancia, Iker preguntó. Al escuchar su voz y reconocerlo enseguida, Jade dejó sus juguetes a un lado para salir a recibirlo.—¡Iker!Corriendo a los brazos de una de sus personas favoritas, Jade ignoró por completo la mala cara de Rachel, que se quedó de pie en el mismo punto sin desear dejarla pasar, y entregándole la bolsa que traía, Iker la cargó.—¿Cómo está la niña má
Capítulo 1— Una más del montón Narrador Con sus ojos cristalizados y su boca ligeramente abierta, Eira no podía creer lo que veía sus ojos en ese instante. —Cásate conmigo. Desviando la vista a la mujer ante ella, la misma que observaba a Killian con sus ojos repletos de amor, la realidad golpeó a Eira. Por más que ella hubiese deseado que este momento no llegara, lo hizo y de peor forma, cuando ella menos lo esperaba, frente a un montón de personas como testigos. Bajando su mirada al suelo, mientras que por su mejilla rodaba una lágrima, Eira escuchó como Sofía accedió a unir su vida a la de Killian para siempre, y escuchando los gritos a su alrededor que celebraban tal unión, supo que lo perdió para siempre. —Eira, ¿estás bien? Hija te juro que no sabía que esto pasaría. Sintiendo la ligera opresión de la mano de su madre que reposaba sobre su hombro, regresó a la realidad. Ella mejor que nadie sabía que Killian y Sofía en algún momento tendrían que casarse, su unión estaba
Capítulo 2— Mantener distancia NarradorAl llegar a casa tras abandonar la nefasta fiesta de aniversario, Eira cerró la puerta tras de sí y apoyó la cabeza en la fría madera.El simple hecho de ver a Killian arrodillado frente a Sofía pidiéndole matrimonio le dolió, le quemó hasta el punto de sentir que su corazón sangraba. Tener a Alde de esa manera era lo que ella más anhelaba en la vida, y ahora, después de esto, de comprometerse oficialmente sería imposible.Soltando un ligero sollozo, Eira se lo tragó casi de inmediato al ver que él no se lo merecía, y empezando a despojarse de los zapatos, los tomó entre sus manos antes de caminar al armario para deshacerse del vestido que empezaba a molestar.Arrojándose sobre la cama una vez se metió en su vestido para dormir, Eira se mantuvo en silencio observando el techo mientras pensaba ¿Qué podría hacer de ahora en adelante? Lo mejor para los dos era mantener la distancia, destruir cualquier lazo que la atara a él, lo cual era casi impos
Capítulo 3— ¿Qué había sido eso?NarradorEira jadeó contra sus labios, con las manos presionadas entre sus cuerpos, sin saber si salir, si empujarlo o aferrarse a su camisa. El aire se volvió denso, irrespirable, y cada roce de Alde sobre su piel encendía las brasas que tanto había intentado apagar.Él no le dio tregua. Sujetó su cintura con fuerza, pegándola aún más a la pared, haciendo que el frío del concreto contrastara con el calor abrasador que él le provocaba. Bajó una mano hasta su muslo, alzándoselo con brusquedad para acomodarse entre sus piernas, como si le perteneciera, como si ese derecho jamás se hubiera puesto en duda.— Vas a dejar de decir estupideces, Eira. No me alejaré de ti, ni hoy, ni mañana, ni nunca.Murmuró ronco contra su cuello, mordiendo despacio, dejando su marca como si quisiera tatuar su nombre en su piel. Eira cerró los ojos, buscando cordura, esa que estaba a punto de perder, pero él se la arrebataba con cada palabra. Intentó hablar, replicar, aunque
Capítulo 4— Una condición Narrador Al llegar a la empresa el lunes muy temprano, Eirá caminaba por el lobby del lugar rumbo al elevador. Esa mañana, después de lo vivido en la fiesta de aniversario, lo último que deseaba era encontrarse con Killian, quien la tarde del dia anterior había atiborrado su teléfono con llamadas a las que no respondió. ¿Por qué lo hacía? ¿Para restregarle en la cara lo bien que se sentía junto a Sofía? Al ingresar al ascensor, Eirá saludó a un par de empleados que se dirigían a su lugar de trabajo, y viendo cómo las puertas de este se cerraban, se mantuvo en silencio hasta llegar a su destino. Sinceramente, si por ella fuera, no regresaría a ese lugar que cada rincón le recordaba a Killian y al inicio de su relación. Si es que a eso se le podía llamar relación. Pero sabiendo que no tenía otra salida y que esa empresa también era su responsabilidad, fue que se armó de valor esa mañana para regresar. Al llegar al piso superior, apenas salió de este se di