Sebastián.
Me enfurece que Anastasia se dirija así a mi persona no lo tolero, esploto y me desquitó con ella, proceso todo lo que dije y miro en sus ojos puro odio así a mi. Me retiro y me voy al jardín a fumar un puro.
Paso el resto de la mañana centado afuera no quiero hablar con nadien, no quiero escuchar más sermones. A la hora de comer todo está silencioso, ni Nicolás dice una palabra, Anastasia no me mira para nada, ya se le pasara. Los días transcurren y mis hijos ya se tienen que ir. Vamos en camionetas separadas, ellos van guntos, Sebastián y Anastasia van conmigo ella mira por la ventana, estoy tan cerca de ella y aun así no me mira, no me gusta que me ignore.
En el aeropuerto todos nos despedimos, Nicolás le da un fuerte abrazo a Anastasia, ella se lo coresponde con una sonrisa.
-Recuerda lo que te dije Nicolás.
El la suelta enseguida.