Narra William.
Me mira con lágrimas en sus ojos. Asiente tragando saliva.
— Esperaba una niña, era nuestra — tomo su mano y beso sus nudillos.
— Dios, Sam… no sé qué decirte, hubiera dejado todo, me importaba un colmillo lo que pasara para no haberte dejado sola — se ríe con amargura, aleja su mano y se limpia las lágrimas.
— No creo que te hubieras acostumbrado a una vida sin dinero, William — se levanta respirando profundo — Ahora estamos perdidos en Mónaco — mira a todos lados — Deberíamos pedir la dirección del hotel al menos — tomo su mano levantándome.
— Siento mucho lo que pasó en el pasado — niega.
— Creo que fue lo correcto el separarnos — se aleja otra vez y se acerca a una pareja, ellos le explican la dirección y ella asiente con una sonrisa.