Roy.
Rápidamente ella, tras mirarme unos segundos, esquivaba mi mirada, de forma apresurada, algo nerviosa, como si le hubiera sorprendido haciendo algo que no debía.
Cuando llegamos a la empresa subimos desde el parking, directamente, con mi ascensor privado, hasta la planta donde estaba mi despacho. Una vez llegamos allí, hice algo que normalmente no s