Carolina me observa incomoda, como antes cuando hice que nuestra relación se distanciara y nuevamente sucede eso por mi culpa. Por eso, mi vista se nubla sabiendo perfectamente que Carolina no merece algo así.
— ¿Qué te sucede, amiga? ¿Por qué estás actuando tan extraño? — pregunta Carolina y yo me lanzo sobre su cuerpo desnudo y enjabonado para abrazarla con fuerzas.— ¡Oh, Carolina! ¡No quiero que nadie muera! — grito en medio de mi llanto.— ¿Qué pasa? Aunque me estés matando no voy a morir, tranquila. — dice Carolina.Sin poder hablar por el nudo en mi garganta, lo que hago es llorar para poder liberar un poco todo el dolor que siento.— Tranquila, llora todo lo que desees, así ahorro agua para quitar el jabón de mi cuerpo. — dice Carolina acariciando mi espalda sin sentirse incomoda por ignorarla y despu&