Sus labios se unen a los míos en un beso salvaje que me roba el aliento y me debilita completamente, porque es como si este beso rompiera las barreras del inhibidor y por ello, fuera capaz de reactivar las sensaciones de su periodo en celo que lo hace romperme la ropa y besar cada parte de mi cuerpo, mientras yo observo la hermosa vista del acuario.
— No deberíamos hacer esto aquí.— Es tu lugar favorito y lo será más al hacerte mía aquí. — dice Edmond besando mi intimidad, al punto que pierdo la fuerza en mis piernas.Ni siquiera me atrevo a apartarlo, porque esta vez sus feromonas se perciben con tanta fuerza que doblegan mi razón y someten mi voluntad a lo que él desea. Por eso, sin importarme que alguien nos vea o que debí alejarlo, tengo sexo con él de una forma menos salvaje y más íntima… más cálida.El suelo es nuestra cama, el