Parte 2...
Isabela
— No tienes que temer que esto vaya a cambiar lo que Victor siente por ti, Lívia – incliné la cabeza — Me parece que él te aprecia mucho y por lo poco que lo conozco, creo que no es un hombre que trae a una chica a casa a menos que esté decidido a quedarse con ella.
Lívia sonrió un poco incómoda y se movió, ajustando la posición de la pierna.
— Solo quiero que sea algo... Diferente y especial, ¿sabes?
Sonreí y asentí con la cabeza.
— Voy a contarte algo – me incliné hacia ella — Pero nadie puede saberlo, me da vergüenza.
— Puedes hablar, no lo comentaré con nadie, lo juro.
— Debería estar de luna de miel con Enzo – hice una mueca de desagrado — Pero mientras esta confusión no se resuelva, no podemos ir... Nuestra primera vez fue en la noche de nuestra boda.
— Sí, claro...
— No... – agité la mano riendo — No has entendido... Fue durante la boda, con la gente en el jardín, en la recepción... En el jardín trasero, en el banco del templete... – ella abrió los ojos sorpr