En el momento en que el golpe de Tiago paró en el
aire, Judas empujó su cuerpo hacia atrás, usó su don.- ¡Tiago! Pensé que me daría un abrazo, pero es así querecibe a su amigo? Realmente el mundo ha cambiado. Antesme daba abrazos calurosos, pero ahora me ataca.- habla Judas con sarcasmo.- Judas su maldito.- La ira de Santiago era vista y sentida.Dentro de la iglesia los fieles miraban a los dos, perosólo conseguían verlos conversando, nada fuera de lo normalestaba sucediendo.Cuando entonces Judas hizo que los fieles se fueran ylas puertas se cerraron. Al salir del lugar sombrío Tiago miraa la iglesia se arrodilla a los pies del crucifijo de Jesús ycomienza a rezar.- ¡Eso no te librará!- Decía Judas riendo.- Él es el único en que confío y en él siempre pondré misespecias.- Decía Santiago.Judas aplaude y va caminando lentamente, cuandoestá cerca de Santiago él deja sus guantes caer e invoca cincodem