Duke abrazó a Melody mientras le preguntaba con dulzura: "Mel, sé que has estado triste estos dos últimos días y que Harold te cae mal. ¿Puedes decirme la razón?".
La niña bajó la mirada y sus largas y rizadas pestañas temblaron. Apretó fuertemente los puños.
Duke era muy paciente cuando trataba con Melody.
Le dijo despacio: "Soy tu tío Duke. No importa qué tan malo sea lo que te ha pasado, siempre puedes contármelo".
Melody relajó lentamente sus puños. Levantó la cabeza y miró a Duke a los ojos.
Alden, que no estaba lejos, se acercó. Cuando se acercaba a ellos, dejó de caminar.
Lo que Duke le dijo en el coche volvió a rondar por su mente.
Su mamá nunca tomaba decisiones por él, así que ¿debía hacer lo mismo con Melody?
Melody aceptaba a Duke y estaba dispuesta a llevarse bien con él. También estaba dispuesta a compartir sus secretos con él. ¿Qué derecho tenía él a detenerla?
Alden frunció los labios, se dio la vuelta y entró en la cocina.
Melody no había comido nada antes d