Los primeros rayos del sol se cuelan por la cortina que se bate por el viento, Diane abre los ojos con pereza, recuerda que no cerró del todo la ventana y por eso se ha despertado tan temprano, pero no es eso lo que la hace sentarse en la cama.
Fer está allí, a su lado, con el cabello alborotado y su rostro relajado, él también se despierta, se da cuenta de la ventana abierta, así que sale de la cama, la cierra y vuelve a meterse a la cama, atrayendo a Diane a su cuerpo.
—Duérmete de nuevo, mujer, que estás de vacaciones —ella se encoge de hombros e intenta acomodarse, pero el pijama le da un poco de calor, así que decide quitárselo, quedando sólo con braga—. Te gusta provocarme.
—Me dio calor y eso es lo que hago cuando eso pasa… además, eres mi invitado y no tienes que quejarte, pudiste dormir en el sofá.
—No quise, dormir cont