Regresando a Italia.

Eiza.

Finalmente había pasado lo peor. Emir ya podía caminar con bastón, gracias a Dios, se podía mantenía de pie, al menos por unos 15 minutos. El proceso había sido duro, pero poco a poco estaba logrando volver a caminar, aunque aún necesitaba mucha terapia. Decidimos quedarnos quince días más en París, y tuve la suerte de que Savanna fuera muy comprensiva, dándome la oportunidad de quedarme. No negaré que extrañaba demasiado a mis hijos, especialmente a mi pequeña, pero estaban en buenas manos junto a su abuela Esmeralda, Carmela y su tía Laurien. Saber eso me daba tranquilidad.

Mientras preparábamos nuestras maletas para regresar a Italia, pude notar a Emir nervioso ante el viaje. Sabía que le pesaba la vergüenza de que lo vieran en su estado, pero no era su culpa. Lo alenté, le recordé que no debía sentirse avergonzado, que no era ni la primera ni la última persona en pasar por algo así. Sabíamos que los paparazzi y la prensa estarían atentos a cualquier movimiento nuestro, y que
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App