El punto de vista de la Reina de Medianoche
La luna colgaba como un ojo plateado en el cielo nocturno, observándome mientras colocaba doce frascos de cristal en un círculo perfecto. Cada uno contenía sangre fresca de un hombre lobo: sangre de Alfa, de Beta, de Omega. Poder en cada gota.
Pero no sangre de Lobo Rubí. Aún no.
"¿Está todo preparado?" pregunté sin volverme hacia las figuras enmascaradas que esperaban detrás de mí.
"Sí, mi Reina", respondió Isolde, mi Bruja de la Luna Negra. "Las estrellas están alineadas. El límite entre los mundos se debilita."
Sonreí, sintiendo el peso de las eras en la curva de mis labios. ¿Cuánto había esperado este momento? ¿Cuántos fracasos y falsos comienzos?
La cámara, muy por debajo de las oficinas del Sindicato, zumbaba con energía antigua. Velas negras proyectaban sombras danzantes sobre paredes cubiertas de símbolos más viejos que el lenguaje humano. En el centro se alzaba un arco de piedra que parecía absorber la luz en lugar de reflejarla, la