Isolde - Punto de vista

La luna colgaba pesada fuera de mi ventana mientras acomodaba mis herramientas. Cinco velas negras formaban una estrella en el suelo. En el centro yacían tres objetos preciados: un mechón de cabello rojo fuego, un pedazo de tela manchada de sangre y un pequeño frasco de ceniza. Todos tomados de Sienna durante el último ataque.

"Pequeña loba, no puedes esconderte de mí," susurré, encendiendo un fósforo.

Cuando las velas cobraron vida, cerré los ojos y dejé que el poder fluyera por mis dedos. La magia no era solo algo que hacía, era lo que yo era. La Bruja de la Luna Negra. Antiguamente guardiana de los Lobos Rubí, ahora su mejor cazadora.

Espolvoreé hierbas secas sobre los objetos y comencé a cantar en un idioma más antiguo que el tiempo. Las llamas de las velas se alzaron hacia el cielo, volviéndose rojas como la sangre. En la pared, las sombras danzaban como perros corriendo por un bosque.

"Muéstrame la línea de sangre. Muéstrame a los Lobos Rubí."

Las llamas