Dos semanas después Derek había arreglado la habitación de la pequeña Ashly, cada detalle y decoración, fue echa con todo el amor que lo caracteriza.
— Siento que mi hija robará el amor de mi esposo para ella sola, no me esta malo, solo por que es mi bebé también.
— Nadie robará tu lugar, ella tendrá su espacio y tú también tendrás el tuyo mi joya. Lo que me parece extraño es que aún no se note tu embarazo.
— Ay amor, repetí el ultrasonido y la viste con tus ojos, aunque no tenga la panza gigante, ella está grande y sana, aun faltan cuatro o cinco semanas, quizás en ese tiempo crezca un poco.
— Ya la quiero tener en mis brazos para llenarla de besos.
Perla, salta de pronto y se queja de un molesto dolor. — Ahhh.
— ¿Que sucede mi amor, estas bien?
— Me pasó un dolor fuerte.
— Llamaré a la doctora, tienes que estar bien mi amor.
— Es normal, estuve leyendo que cuando los bebés están creciendo en la barriga de su madre, se siente incómodos por el poco espacio y cuando se mueven