Dos días después Perla y la niña ya estaban en una habitación donde todos podían ver el proceso de recuperación, y aunque el proceso estaba pasando muy lento, los resultados eran satisfactorios ante los ojos de los médicos, le habían prohibido hablar por un largo rato o tener emociones fuertes por lo cual solamente podían haber uno o dos familiares dentro de la habitación y permitían dos por que la niña estaba pequeña y necesitaba cuidado continuo, Pamela despues que había llegado jamás se separó de la pequeña Ashley solo había pasado una semana de aquel incidente y era justo cuando comenzaban a respirar un poco de paz.
— ¿Cómo te sientes mi amor? Perdóname cuánto quisiera sufrir esto que está sucediendo contigo y que tú estuvieras bien.
— Ha sido a mi que me ha tocado y estoy bien, solo un poco adolorida y enamorada de esos pequeños ojos color safiro.
— Es nuestro regalo, mi amor sólo no hables mucho, recuerda que la doctora dice que mientras menos hables menos dolor sentirás. -