Punto de vista de Daphne
Caleb y yo dormimos una pequeña siesta después de toda la diversión que tuvimos. Me desperté con él acariciando mi cuello y mi hombro. Sentí que estábamos en un lugar mágico que fue creado exclusivamente para nosotros. Como si la propia Diosa de la Luna creara cada brizna de hierba, la cascada, los árboles y las rocas solo para nosotros. Después de que Caleb se dio cuenta de que estaba despierta, se puso de pie y me tomó en sus brazos, acunándome contra su como si fuera un bebé.
“Caleb, ¿qué estás haciendo?”. No pude evitar preguntarle.
“Bueno, mi amor, si debes saber que nos llevaré a dar un pequeño chapuzón. Me imagino que nuestro jugueteo de esta tarde te va a doler un poco, y esta agua se alimenta de un manantial subterráneo que resulta ser un manantial termal”. Cuando Caleb termina de informarme, lo escucho comenzar a entrar al agua.
“Entonces, ¿esto es mejor que verme en bikini?”. No pude evitar burlarme un poco de él. Nuestro tiempo juntos me ha hech