Capítulo 125
Tenía que hablar con Clarisa, si ella tenía un problema era conmigo y necesitaba enfrentarla, ya no bastaba con esperar a que la justicia llegara, había que actuar
Cada día que esa mujer estaba libre era un riesgo para mi familia, Pensé en mil formas de llegar hasta ella, pero solamente encontré una opción que parecía viable, Mike.
Si alguien la conocía o había tenido trato con ella, sería él, no podía esperar a la policía, ni un milagros; por mis hijos haría lo que fuera, y ellos estaban en pelígro.
Llegué a la cárcel muy nerviosa con el estómago revuelto, No me gustaba la idea de estar allí, ni hablar con él después de todo lo que pasó.
Cuando entré en la sala de visitas, lo vi sentado, encorvado, con esa mirada perdida pero llena de maldad, Me sorprendió que, apenas me vio, extendiera la mano y la apretara con ternura
—Luisa —dijo con un susurro—. Sabía que vendrías.
Lo miré manteniendo mi posición fría, No quería sus palabras coquetas, quería información.
—Dime dónd