Vivian cambió ligeramente de expresión.
Se apresuró a explicar:
—Eso ya es cosa del pasado. Ahora no tenemos ninguna relación.
Lina no era tonta. La forma en que Vivian actuó hoy, tratando la situación de manera claramente diferente a antes, solo podía deberse a una razón.
Esa razón era que Vivian conocía su verdadera identidad.
Lina sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos:
—Directora Vivian, dices que una asistente, por más audaz que sea, no se atrevería a hacer algo así, a menos que... alguien la estuviera instigando.
Con esas palabras, el rostro de Vivian se volvió instantáneamente desagradable.
Ella quería explicar algo más.
Lina ni siquiera le prestó atención a su explicación:
—Directora Vivian, dedica más tiempo a enfocarte en el trabajo y no pierdas el tiempo con estas tonterías.
—Cuando trabajamos, debemos hablar a través de los logros.
Con esas palabras, Lina no tenía nada más que decir. Se dio la vuelta y se fue con Leandro.
Dejó a Vivian petrificada, para