En la mansión, la criada llevaba mucho tiempo esperando y cogió la chaqueta de Juan. Se congeló un poco al ver a Elena detrás de Juan.
—Señorita Rivera, le tengo preparada su habitación, por favor suba por este lado.
Elena había estado siguiendo a Juan cuando de repente se detuvo y dijo con incredulidad: —Él y yo, ¿no vivimos en la misma habitación?
Dado que Juan ya había aceptado que ella se mudara a la mansión, debería haber aceptado tácitamente casarse con ella en el futuro. Era normal que vivieran en la misma habitación.
Al oír eso, Juan frunció el ceño.
— Pues... —Camila no se atrevió a decir más. Por miedo a dejar huellas de la estancia de Lina, García le había pedido que preparara una habitación extra para invitados.
—Tengo trabajo que hacer, así que vete a descansar. —Juan dijo y miró a Elena en tono indiferente.
—Pero... —Elena iba a preguntar a continuación.
Camila la interrumpió directamente tras recibir instrucciones de Juan, —Señorita Rivera, sígame por favor.
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