Mirando fijamente a Hades, me siento conmocionada hasta la médula por la revelación que Poppy acaba de expresar. Su reciente rechazo a Helen deja solo una conclusión: soy su segunda compañera. El peso de esa realización se asienta sobre mà como un pesado sudario. ¿Yo? Su segunda oportunidad, compañera. Es un concepto que batallo para asimilar, mezclándose la incredulidad con los años de anhelo por el dÃa en que finalmente conocerÃa a mi compañero. Y sin embargo, aquà se encuentra ante mÃ, el mismo hombre por el que he anhelado. Pero en medio del torbellino de emociones, Poppy me dice que aún puede percibir el crudo dolor de su reciente rechazo. Mi corazón se duele por él, inundándome la empatÃa.
En ese fugaz momento