Gael.
Al ir al pueblo una sonrisa adorna mis labios al ver la emoción de Gabriel y la felicidad en los ojos de Angela que parecen los de una niña emocionada por un paseo y no es algo de extrañar Angela es todavía muy joven y por su pasado no pudo disfrutar de una niñez normal pero mi felicidad se opaca con la actitud de Silvia que no quita esa cara de molestia como si la tuviéramos aquí a la fuerza.
-¿ Por que estamos en este parque ? ¿ Por que no mejor vamos a las tiendas de ropa ?
-Pensé que habías traído la suficiente como para un mes.
-Si pero quiero comprar más.
-¿ Para que quieres más si solo tienes un cuerpo ?
-A las mujeres nos justa tener mucha ropa para cualquier ocasión.
-Yo conozco una que es más humilde.
-Humilde diría pobre, sé de quien hablas esa mugrosa no sabría reconocer una bolsa de marca aunque se la arrogen al rostro.
Me molesta que Silvia hable de esa manera de Angela y no pasa desapercibida la mirada de desprecio que tiene en los ojos al verla, me acerco a ella