Capítulo 195 —Epílogo
Narrador:
Finalmente, las obras terminaron y la mudanza fue una realidad. La nueva mansión se alzó imponente en el terreno, transformando lo que alguna vez fue un descampado en el corazón del legado Adler.
Los gemelos crecían a toda prisa, llenando la casa de risas, caos y preguntas imposibles. Había dibujos por todas partes, juguetes escondidos en los lugares más insólitos y una energía desbordante que ni el mismísimo Diablo podía controlar del todo.
Roman y Aylin no habían hablado de agrandar la familia de inmediato. No porque no quisieran, porque lo deseaban, profundamente, sino porque sabían que todavía estaban aprendiendo a respirar en medio de su propio huracán. Aún quedaban espacios por ordenar, rutinas por establecer y heridas que terminar de sanar.
Pero él se lo había dicho sin vueltas, una noche mientras acariciaba su espalda desnuda, con esa voz que solo usaba cuando era completamente sincero:
—Quiero diablitos que sean tuyos y míos. Con tu boca y mis c