Estamos todos almorzando en el jardín como aquel primer día que la traje a casa como mi novia y siento que repito momentos de mi vida, algunos que están plasmados entre las páginas de mis libros. Mi padre me mira, me sonríe, y se claramente por qué. Si no hubiera sido por él jamás la hubiera conocido. Mi madre la observa y una tímida sonrisa se escapa de su rostro, después de todo, Vera fue la nuera que ella siempre deseo. «Como no quererla con lo especial que es.»