«¿Por qué estás fuera?» Aleandro se acercó a Yuriel con expresión cansada.
Aleandro estaba muy ocupado todos los días por el alcalde Rollies y los medios de comunicación, que seguían informando del asesinato de Yuriel a Gracia, causando la indignación pública. Por no hablar de su familia, que quería que dejara a Yuriel, pero aquella mujer le daba aún más quebraderos de cabeza con su comportamiento y no estaba de humor para animarle.
Cuando Yuriel vio acercarse a Aleandro, se llenó de rabia y cargó contra él. Su guardaespaldas no la detuvo y asintió respetuosamente a Aleandro.
«¡Aleandro Gilren, suéltame! ¡Suéltame! ¡Te odio! Quiero el divorcio. Quiero el divorcio!» Yuriel gritaba sin parar y golpeaba el pecho de Aleandro.
Aleandro puso cara solemne y apartó la mano de Yuriel de su pecho.
«Yuriel, ¿por qué no te quedas en la villa y dejas de armar jaleo? He llegado al límite de mi paciencia».
Yuriel abofeteó a Aleandro en la cara delante de sus guardaespaldas. «¡Me importas un bledo! S