De repente, la línea telefónica que había quedado en silencio, comenzó a llenarse de un ruido que solo me decía que Curthwulf estaba hiperventilando. Era evidente que estaba perdiendo la batalla e iba a explotar.
— No necesitas preocuparte por…
Curthwulf me cuelga y podría asegurar que está gritando con todas sus fuerzas. Angustiada, camino de un lado al otro y cuando pasan cinco minutos, él me regresa la llamada.
— Entonces, ¿me decías? — pregunta Curthwulf con una voz bastante afónica.
Era claro que gritó y mucho por el enojo que mi noticia le causó. Por lo que, yo medito si es buena idea decirle eso que, sin duda, recuerda.
— Te decía que Seok Min va a hacerse cargo, para que Gustav crea que estoy en un lugar y mientras va a buscarme, los chicos tomen a mi hermana y después a mí. Ya sabes, como los vampiros son muy veloces, es un buen plan — digo de inmediato y Curthwulf suspira profundo.
— Es una locura.
— Necesito que esto no se lo digas a nadie, ni siquiera a tu Brittany, no qui