Parece que al final se decidió, así que me levanto le extiendo mi mano y lo guío fuera del privado. Pasamos todo el club donde todos ya están suficientemente perdidos para bailar sin importar nada. Subimos las gradas que están por detrás de la barra y abro la puerta de la primera habitación. Él la cierra, se queda parado examinando todo. Yo me quedo frente a él y comienzo a bajar el cierre de mi vestido. Él me observa por unos segundos con el ceño fruncido, camina hacia a mí, me da la vuelta y yo no puedo evitar contener la respiración. Entonces escucho el cierre del vestido subir a su lugar otra vez.
-No te ofendas, pero se conseguir mis propias chicas.
No sé por qué razón, pero siento una opresión en el pecho. ¿Acaso me ha dolido su comentario?
-Entonces ¿qué haces aquí?
Estoy molesta. ¿porque estoy molesta? ¿Desde cuándo me importa?
-Mi hermano decidió que serías un buen regalo de cumpleaños, y yo no quiero decepcionarlo. ¿Así que me ayudas? Solo no digas nada.
Yo asiento, pero igu