— Nicholas estás siendo muy rudo con Daven
— Trae a esa chica, necesito hablar con ella –Goran obedeció la orden de Nicholas, no era el momento de desafiarlo.
El desacierto de su hijo, tenía a Nicholas muy alterado y nervioso tener una rivalidad con un vampiro no estaba preparado para algo así, no cuando su luna y sus otros dos hijos se encontraban lejos de él.
— ¿Se... señor? –Escuchó a su espalda la voz temblorosa de la joven.
— Solo lo voy a preguntar una vez ¿Por qué elegiste esconderte aquí? –Camille supo que este hombre era diferente a Daven, no iba a convencerlo tan fácil delante de él ella parecía un duende de jardín.
— Hace años que... estoy buscando a los que me protegían de niña, ellos son los que podrían darme respuestas –Con sus manos cruzadas en la espalda Nicholas asintió caminando alrededor de Camille.
— Eres diferente –Ella abrió los ojos sorprendida, de inmediato negó.
— Soy normal, me hice pruebas –Nicholas bufó sobresaltado a la chica.
— Las pruebas humanas no