Antonio se adelantó apresurado y tomó uno de los elixires de las mil maravillas con cautela. Al tenerlo en la mano, sus ojos se abrieron ampliamente y murmuró muy desconcertado:
—¿Cómo es posible? Este elixir… huele muy bien. Además, no veo la huella industrial en él. ¡Qué maravilloso!
Solo con su a