—Deténganse —Mía golpeó la mesa con fuerza y se puso de pie.
—Suelten a esa chica —gritó Mía.
La intervención de Mía sorprendió a todas las personas.
El hombre con gafas de sol la miró y amenazó:
—Chica, esto no te incumbe. Vete.
—¿Cómo que no me incumbe? —preguntó Mía con las manos en las caderas.