Francisco se acercó a Alicia con preocupación y le preguntó:
—¿Estás bien, Alicia?
—No pasa nada, pero recuerdo que estaba en la oficina de Pascual. ¿Por qué están aquí? —replicó Alicia y se amasó de manera suave la cabeza.
—Me preocupé tanto por ti que le pedí al señor Ramos que me llevara hasta aq