Los dos van en silencio en el auto de camino a la mansión, Eva aun se siente incomoda por lo que paso ayer, pero a pesar de eso ella no piensa hacerle saber que ella sabe sobre su aventura tan descarada.

—Cuando lleguemos a la casa es crucial que los dos aparentemos tener una buena relación, no quiero que el abuelo se de cuenta que entre nosotros no ha pasado nada. — le dice Alejandro y ella lo mira con cara de incrédula.

—¿Es importante para ti la opinión de tu abuelo?

—Sabes que es así.

—¿Y si no quiero fingir que estamos bien?

—Entonces conocerás una parte de mi que no te va a agradar. — le dice en tono amenazador.

—Es costumbre de tu familia amenazar a las personas para conseguir lo que quieren.

—¿A qué te refieres? — le pregunta confundido.

—Solo es un decir, y no te preocupes, hare lo posible para fingir que nuestra relación es perfecta.

Los dos llegaron a la casa y ambos se dirigieron al despacho del señor Montenegro para darle sus saludos mientras que algunos de los sirvientes