—Pero bueno… ¡Basta de mí! También sería agradable saber de mi futuro esposo —dijo Carina sintiéndose vulnerable al abrir su mente y corazón a ese hombre, que aún se veía tan distante de ser ese compañero cálido que ella buscaba.
—Descuida, en unos días comeremos en casa de mis padres y conocerás