—Señora… aquí está… su… señor… —dijo Noah arrastrando la voz y empujando a Will hacia ella, pero este casi cae si no fuera por Emma que lo abrazó por la cintura.
«Esto no puede ser posible», pensó horrorizada de verlo así, mientras ambos hombres reían divertidos.
—…¿Quiere que le ayude a subirlo?